domingo, 27 de noviembre de 2005

El jamón

Anoche cenamos con unos amigos y pasamos la sobremesa charlando de los viejos tiempos en los respectivos trabajos. De todas las anécdotas que contamos me quedo con una. Con todas las demás daría para escribir un libro. Quizá lo llevemos a cabo.

Noviembre 1985. Comienzan los rumores sobre si este año la cesta de Navidad para el personal será mejor, ya que los resultados han sido buenos. Desde el Departamento de Personal y con conocimiento de la Dirección General, se lanza el bulo: Este año habrá pata de jamón en la cesta. Ni que decir tiene cómo empezó a funcionar radio macuto. Cuando ya la gente estaba "caliente" y se acercaban las fechas, corrió como la pólvora una circular en la que se decía que, efectivamente, este año y debido a los buenos resultado obtenidos por la empresa, en la cesta navideña se incluiría un jamón de pata negra. Pero lamentándolo mucho, sólo habría 100 (éramos 600). En una posterior comunicación se indicaría el método más "justo" para asignar las 100 patas.

Ni el fútbol, ni el Gobierno, ni el sexo... la conversación del día era "qué criterio se seguiría para asignar los jamones", que si por antigüedad, por sorteo, por objetivos conseguidos...

Por fin llegó el día y, efectivamente, en el almacén de entrega había una pirámide de cajas de navidad y en 100 de ellas, sobresalía una pata de jamón. Todos ansiosos por saber cuándo se abriría el plazo para ir a recogerlas, "alguien" de personal comenta que los jamones se darán por orden de llegada. Una avalancha humana corrió hacia el almacén. Atropellando a quien se pusiera delante, y mentando a la madre de todo aquél que les precedía, los más aguerridos muchachos consiguieron llegar al objetivo y recoger el preciado tesoro.

Ufanos y con la cabeza bien alta, regresaban a sus sitios, orgullosos de la hazaña conseguida, ante la mirada celosa de quienes no lo habían logrado.

Pasada ya una primera fase de consabida alegría, a media mañana aburridos de trabajar y ansiosos por probar las delicias que traía la cesta, un primer valiente quiso catar el jamón y, ohhhhhhhhhh sorpresa... Quienes habían preparado la broma estuvieron 3 semanas recopilando 100 huesos de jamones (con la pata, por supuesto) por las charcuterías de la zona. Un diez para ellos y para la Dirección que se prestó a colaborar.

Qué pena no haber tenido una cámara para captar el momento...

2 comentarios:

  1. NO ME PUEDO CREER LO QUE TE LO CURRAS!

    Eres un profesional!

    Qué cosas más bonitas!

    Un besito,

    Yola

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  2. Cuando quieras montamos un "crop" en casa. Igual para entonces he terminado de pintar vuestra caja de mi cumple. ;)

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M.Carmen