domingo, 20 de noviembre de 2005

El Cocido

Se nos planteaba un fin de semana de lo más tranquilo. Con el frio que hace estos días, qué mejor que un cocido para el domingo, una siesta y a esperar al lunes con resignación.

Pues el viernes ya empezó descolocado. La mayor nos hizo chantaje emocional a la salida del cole y terminó en casa de un compañero de clase. Vuélvete a casa con las mochilas y vuelve a salir a buscarla a las 8 de la tarde, con una pereza tremenda, para aguantar la media hora de despedida con una sonrisa "profident". Las nuevas relaciones sociales por medio de los hijos dan para escribir un libro... Así que, se nos retrasó la hora del baño, de la cena, de los deberes y los niños acabaron durmiéndose a las 12.00 de la noche.

Después de la mañana de locos del sábado, llama mi suegra a "pedir cita" para ver a los niños por la tarde, que viene con mi cuñada y se llevan a la mayor al cine. Genial, igual se puede quedar con el peque y vamos nosotros a ver otra peli... Error.... es día de estreno y no hay entradas. Me vuelve a llamar mi suegra, que vienen con uno de mis sobrinos. Se acabó la tranquilidad. Toda la tarde, "no hagas eso", "no toques eso", "no te comas eso del suelo", "no pegues", "no grites"... se debían sentir como Miguelito -¿y de qué sirve ser niño si no te dejan ejercer?.

En un gesto de buena voluntad, a mi santo se le ocurre que por qué no se queda el sobrino a dormir en casa, total, de 4 a 5... Pues venga, a dormir y mañana ¿a qué hora vienen sus padres?, pues a la de comer. Claro..., les dice que hay cocido... Si sólo hay que echar garbanzos para 4 más... Pues aquí estoy, recién llegada de un Opencor, a la 1 de la mañana, porque me quedé sin garbanzos.

Así que, el finde que se presentaba tranquilo y casero, ha dado para mucho más. Al menos comeremos cocido.

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M.Carmen