Un respiro

Entre cascote y cascote, antes de que los escombros lleguen a mi habitación, he rescatado unas cuantas pinturas para hacer una página de mi art journal que tengo pendiente desde hace tiempo.

Esta semana, después de leer el estupendo artículo de Ana Manzana sobre la importancia de una crónica en nuestros trabajos, me entraron ganas de ponerme a escribir.

No tengo ni idea de dónde está el gesso, así que cogí una página que comencé en el taller de Dina en Barcelona y que ya llevaba la imprimación y pinté sobre ella con acrílicas y rodillo.

Estas últimas semanas han sido una locura. El trabajo, los talleres y toda la preparación y sobre todo la reforma en casa. Mucha gente nueva, muchas caras conocidas y un cúmulo de sentimientos encontrados entre los que ha prevalecido la decepción.

Es en estos momentos cuando te das cuenta de quién vale y quién no. De quien es tu amigo y quien está contigo o te halaga por interés. Y es también cuando te demuestras a tí misma lo fuerte o débil que eres para afrontar ciertas circunstancias. Y yo he ganado.

Por eso, mi página comienza oscura.

Oscura y en unos tonos que no son los mios. (claro, que tampoco encuentro los marrones...)
Y ahí he plasmado todo lo que quería decir.

Pero esto es un punto y aparte.

Como digo al final de la crónica, saldré adelante, porque tengo coraje e ilusión, porque lo comparto con mi familia y mis verdaderos amigos, porque tengo todo que ganar y nada que perder.

Estamos en primavera, brilla el sol y luce el arco iris.

Los otros colores, se acabaron para mí.

Así que cubrí mi página con cinta de carrocero (que tengo p'aburrir) y pinté sobre ella con mis nuevos colores y esponja

La mariposa es una plantilla con blanco y glimmer mist.

Y de nuevo, cinta de carrocero para escribir la crónica.

Todo un proceso de "depuración".

Debajo de todas estas capas dejé mis sentimientos y me quedo con lo que vale, lo que me gusta, lo que soy.